Esta
teoría fue concebida por el ya citado Jerome S. Bruner, y el espíritu de ella
es la de propiciar la participación activa del alumno durante el proceso de
enseñanza-aprendizaje, a partir de la consideración de que un aprendizaje
efectivo depende, básicamente, de que un problema real se presente como un reto
para la inteligencia del alumno, motivándolo a enfrentar su solución, y aún a
ir más allá, hasta el fin primordial del aprendizaje que consiste en su
transferencia.
Para
Bruner, el desarrollo intelectual del alumno depende directamente de que éste
domine ciertas técnicas. En este dominio deben considerarse como determinantes
dos factores: la maduración y la integración.
La
maduración le permite al alumno representarse al mundo de estímulos desde tres dimensiones,
que se van perfeccionando de manera progresiva:
- La
acción.
- La
imagen.
- El
lenguaje simbólico.
La
integración consiste en el empleo de grandes unidades de información para la
resolución de problemas.En su proceso de desarrollo, el niño percibe al mundo
en tres formas consecutivas. Las formas
que Bruner señala son:
- La forma enativa,
que consiste en realizar la representación de sucesos pasados, por medio de la
respuesta motriz.
- La forma icónica,
que depende tanto de respuestas motrices, como del desarrollo de imágenes
representativas y secuenciadas de una determinada habilidad.
- La forma simbólica,
misma que tiene en el lenguaje, su expresión más objetiva, pues el lenguaje es
un instrumento de cognición, a la vez que un medio para representar y
transformar la experiencia del mundo. En
esta forma de representación simbólica, los objetos no necesitan estar
presentes en el campo perceptivo del niño, ni ofrecer un orden determinado.
Bruner
considera, pues, al lenguaje como el instrumento para superar el concepto de
hombre natural. Este autor defiende la
posibilidad de la enseñanza de cualquier cosa a un alumno, bajo la condición de
que la enseñanza se realice en el lenguaje del propio alumno.Los contenidos a
enseñar deben ser percibidos por el alumno como un aprendizaje importante y
significativo, en el que él tendrá una acción determinante.
Bruner
expresa sintetizadamente su teoría afirmando que debe tenerse en cuenta que si
la mayor aptitud del hombre es su superioridad intelectual, también debe
tenerse presente el valor que, personalmente, le representa un hecho
descubierto por él mismo.Por ello Bruner afirma que el descubrimiento realizado
por un niño es semejante (como proceso) al descubrimiento que, en su
laboratorio, realiza un científico.
Bruner
también menciona la existencia de cuatro grandes ventajas en la manera
heurística e hipotética de presentar el material de enseñanza:
- La potencia intelectual. El descubrir y resolver problemas por parte
del alumno, habilita su capacidad de construcción y organización racional de
los elementos de un problema.
- Las motivaciones
intrínseca y extrínseca. El
alumno se recompensa con los efectos de sus propios descubrimientos.
- El aprendizaje y la
heurística del descubrimiento. Sólo se aprende realmente a través de la
solución de problemas y el interés-esfuerzo por descubrir.
- La memoria. El alumno retiene con mayor facilidad lo
aprendido si él mismo organiza sus materiales y procesos respectivos.
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